El aceite es un gran disolvente de los principios activos de las plantas aunque también hay que decir que no es adecuada para su uso con flores. Para estas es mucho mejor el agua.
Las hierbas más adecuadas para el aceite son consuelda, salvia, romero, tomillo, hojas de abedul y helenio.
¿Que necesitamos?
- Hierbas frescas o secas: 1 taza y media de hierbas frescas (60 gr.) o media taza de hierbas secas (30 gr.)
- 2 tazas y media de aceite (600 ml. aprox.)
- Aceite vegetal puro (preferible el aceite de girasol o semillas de uva; el de oliva suele anular la fragancia)
- Recipiente para baño María o vaporera
¿Y como lo hacemos?
- Usamos un cazo con una tapadera que ajuste bien
- Colocamos la mitad de las hierbas en el cazo sin apretarlas y las cubrimos con aceite
- Ponemos el cazo en un recipiente al baño María y dejamos que hierva a fuego lento durante 2 horas
- Al cabo de las mismas, colamos el líquido (FILTRO METALICO MUY FINO) y desechamos las hierbas usadas.
- Ahora colocamos la otra mitad de las hierbas repitiendo la operación y cubriéndolas con el aceite filtrado de la primera partida.
- Dejamos que hiervan a fuego lento otras dos horas.
- Filtramos nuevamente
Ya solo queda verter el contenido en frascos de vidrio limpio de color ámbar. Pegamos una etiqueta en el mismo que tenga la fecha de preparación. Guardamos en lugar oscuro y fresco. No usar con más de 25-30 días desde la fecha de envasado.
Este tipo de infusiones su usan por vía externa: linimentos y masajes. Su efecto es profundamente relajante y protector. Prueba esto en caso de lesiones, reumatismo, catarros, dolos en articulaciones... etc.
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