Nuestra amiga la miel. Así podríamos haber titulado el post y nos quedaríamos cortos. Son tantos los beneficios que de ella obtenemos que resulta un remedio natural de "élite". Y lo mejor de todo es que es un remedio que solo requiere un condicionante: "TOMAR MIEL"
Se trata del alimento energético por excelencia, un alimento de primer orden para lactantes, niños y ancianos y un reconstituyente para los deportistas y personas que se sientan fatigadas.
Su uso regular actúa como tonificante de los corazones lacerados por la vida estresante. Es un sedante para el cuerpo.
-Hígado:
aumenta la cantidad de glucógeno disponible, lo cual ejerce una función protectora sobre el hígado.
Afecciones respiratorias:
tos, bronquitis, sinusitis, irritaciones de la garganta.
Corazón:
aumenta el caudal de los vasos coronarios. Ahorra energías al corazón
fatigado al facilitar sus contracciones.
Fatiga:
actúa contra la astenia y la fatiga. Nos ayuda a recuperar el equilibrio. Suprimir el azúcar en beneficio de la miel nos asegurará una muy buena recuperación.
Digestión:
contra el estreñimiento (tomando una cucharada sopera acompañada de una fruta). También protege la flora intestinal gracias a su poder antiséptico.
Sistema óseo: la miel es recalcificante para los huesos y los dientes.
Heridas:
por su acción antiséptica, es muy eficaz contra cualquier tipo de heridas gracias a su poder de regenerar las células.
Que este pequeño artículo sirva para acercar un poco más a los lectores a ese producto maravilloso que la madre Naturaleza nos ha confiado. Y cuando paseemos por el campo o el monte, cuando veamos y oigamos el zumbido de un pequeño insecto que se afana trabajosamente sobre el cáliz de alguna flor, observemos con cariño su labor y brindémosle el homenaje que se merece ese ser misterioso que es la abeja. Su vida es sencillamente fascinante.
Recetas con miel
Añadiremos a continuación algunas recetas sencillas que fácilmente podremos elaborar en casa y cuyos ingredientes son fáciles de conseguir.
Contra la tos:
mezclar dos cucharadas soperas de glicerina con una de miel. En cada acceso de tos tomar una pequeña cucharadita de esta mezcla.
En caso de bronquitis:
hervir dentro de un saquito 175 gramos de lino. En la decocción añadir el jugo de tres limones y medio kilo de miel para un litro del compuesto.
Para el estreñimiento:
mezclar miel con leche hervida, a partes iguales, tomando dos tazas al día durante dos o tres semanas. Tomarlo bien caliente.
Para los resfriados y la voz ronca:
exprimir un limón y diluir con dos dedos de agua caliente, añadir dos cucharadas pequeñas de miel e ir tomando a sorbos.
Para cicatrizar heridas:
mezclar a partes iguales miel con aceite de hígado de bacalao. Untarse con esta mezcla las heridas y veremos que cicatrizan prácticamente de un día para otro.
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